Unificar la lucha por la vivienda digna en todo el Estado
Las movilizaciones por el derecho a una vivienda digna y la reducción de alquileres se extienden por todo el Estado como un reguero de pólvora. En octubre y noviembre hemos visto manifestaciones masivas de decenas de miles de personas en Madrid, Valencia, Barcelona, Málaga, Palma, Granada, Canarias, y otras zonas y ciudades. Destaca la composición juvenil de estas movilizaciones. Y eso no es casualidad: millones de jóvenes, que ya “disfrutan” de un empleo precario con bajos salarios, ven cómo se les cierran las puertas para emanciparse de sus familias y disponer de un espacio propio para desarrollar su vida. Desde 2015, los alquileres han subido un 58%, dos veces y media más que el salario de los jóvenes de 25 a 34 años. Esta forma de terrorismo social ha acumulado una cantidad enorme de resentimiento, rabia e indignación.
La reclamación es clara: el acceso a la vivienda es un derecho social, no un bien de mercado para enriquecer a unos pocos. Dejando de lado a quienes disponen de un piso en renta para completar sus ingresos, pululan miles de medianos y grandes propietarios inmobiliarios que se lucran con el hambre y las lágrimas de cientos de miles de personas. Ellos son quienes fijan realmente el precio del alquiler en el mercado. Los pequeños propietarios simplemente acompasan sus precios de alquiler al ritmo de aquellos. Por eso, desde la OCR defendemos la expropiación sin indemnización de los grandes tenedores de viviendas y fondos buitre inmobiliarios, así como de toda vivienda vacía.
Para lograr nuestros objetivos, debemos superar la actual dispersión de movilizaciones por ciudades, que pueden desgastarnos si vamos desunidos. Tenemos un enemigo común en todo el Estado: el rentista y el especulador. Si golpeamos juntos, pondremos en jaque el sistema. Todas las organizaciones vecinales y sindicales deberían implicarse en esta lucha. Como un primer paso, una jornada de manifestaciones por la vivienda bien preparada, organizada el mismo día y a la misma hora en todas las ciudades grandes y medianas, sacaría a millones a las calles y tendría un impacto social tremendo, mostrando nuestra fuerza real, dándonos más confianza en nosotros mismos y llevaría el pánico a los ricos y a los gobiernos.
Una lucha particular que se ha propuesto ha sido la llamada “huelga de alquileres”, para reducirlos, y que tiene algunos precedentes históricos. ¿Qué lecciones podemos sacar de ellos? En primer lugar, la necesidad de organizar seriamente la lucha y darle un carácter lo más masivo posible. Igualmente, pensamos que es necesario trabajar para coordinar esta lucha a nivel estatal, desarrollar un plan de lucha unido, y golpear juntos.
Dada la enorme demagogia que hace la derecha en relación a los “pobrecitos” propietarios y el temor lógico de muchos inquilinos que alquilan a caseros aislados a ser desalojados o enjuiciados si no pagan el alquiler, lo que debería hacerse es discutir un plan serio orientado a arremeter en un primer momento contra los grandes propietarios: fondos de inversión, grandes tenedores, bancos, etc. Empezar la lucha por aquí, contra los grandes capitales, no solo facilitaría la adhesión de inquilinos a la huelga, agrupados por decenas o cientos contra un mismo y único patrón, sino que además apuntaría a la raíz del problema, la gran burguesía. Además, esto sería visto con enorme simpatía y solidaridad por las masas de la clase obrera, haciendo más difícil la represión estatal, si va acompañado de movilizaciones activas. También se podrían lanzar y coordinar una caja de resistencia, la solidaridad mutua ante la represión, etc. El impacto de tal “huelga” podría animar a capas más amplias de inquilinos organizados, y presionar más a los rentistas y al propio Estado.
La vivienda está directamente relacionada con nuestras condiciones laborales y la precariedad, el turismo y la masificación de las ciudades, los recortes en los servicios básicos, la concentración de la riqueza en unas pocas manos… Es decir, la lucha por la vivienda es parte de la lucha contra el sistema en su conjunto.
¡Expropiemos a los grandes propietarios y pongamos la vivienda bajo control de los vecinos y trabajadores! ¡Luchemos hasta acabar con el sistema!
Puedes enviarnos tus comentarios y opiniones sobre este u otro artículo a: [email protected]
Para conocer más de la OCR, entra en este enlace
Si puedes hacer una donación para ayudarnos a mantener nuestra actividad pulsa aquí