Los niños de familias obreras están condenados a la pobreza crónica

Según Unicef, el Estado español tiene la mayor tasa de pobreza infantil de la UE con un 28% de los menores de 18 años afectados (2,2 millones niños y adolescentes). Los que entran en esa cifra son los que viven en hogares con ingresos inferiores al umbral de pobreza de 21.185€ para familias de 2 adultos y 2 niños, o 10.088€ para un hogar de una persona. Además, la gravedad de la pobreza infantil español está indicada por el hecho de que el Estado español es el 36º peor país del total de 39 países de la OCDE en el estudio. Solo viene por delante de Reino Unido, Turquía y Colombia (El Mundo, 06/12/23).

Lamentablemente esto no es un problema nuevo en el Estado español. Según el especialista en políticas de infancia de Unicef España, Gabriel González-Bueno, los datos de 2001 ya indicaban malos resultados de pobreza infantil (El País, 19/12/23). Tampoco debería sorprender a nadie que la crisis de 2008 haya tenido un impacto nefasto y duradero. El Alto Comisionado Contra la Pobreza Infantil señala que “la infancia ha sido el grupo de edad – junto a los jóvenes – más perjudicado en la recesión tras la crisis de 2008” (25/04/23). Desde aquel entonces hasta 2022, la media porcentual de riesgo de pobreza para niños y adolescentes ha sido un 28,3% (European Anti-Poverty Network España, abril 2023). Es decir, el Estado no ha sido capaz de resolver ni mejorar mínimamente el grave problema social de pobreza infantil desde hace décadas. Entre 2014 y 2021 la tasa ha bajado solo un 4% en comparación a la media de un 8% en el resto de la OCDE (El País, 19/12/23).

La escasa mejoría favorece la cronificación de la pobreza, lo cual se ha convertido en el rasgo diferencial del Estado español. La misma Moncloa admite que 1 de cada 4 menores de 18 años viven en una situación crónica, considerada como al menos 3 años consecutivos de pobreza (06/03/23). Esta cronicidad tiene impacto a largo plazo cuando los niños afectados llegan a la adultez en cuanto a sus estudios, su empleo y su salud. Según un estudio gubernamental los adultos que han sufrido pobreza infantil tiene un 28% menos de probabilidad de alcanzar nivel de estudios superiores, un 12% menos probabilidad de trabajar con contratos indefinidos, ganan en promedio 5.130€ brutos menos anuales y tienen un 30% más de probabilidad de tener mala salud (La Moncloa, 06/03/23). Quienes nacen pobres viven pobres con poca probabilidad de mejorar su calidad de vida sin apoyo gubernamental.

Como bien aclara Gustavo Suárez, el presidente de Unicef España: “detrás de estas cifras hay niños…que no pueden permitirse comer a diario, que viven en casas sin una temperatura adecuada, que no cuentan con ropa, calzado o libros” (El Mundo, 06/12/23). El País entrevistó a una madre soltera con 3 hijos que vive con 900€ al mes de ingreso mínimo vital quien dice: “vamos justos, comemos siempre lo mismo, pero comemos” (19/12/23). Aquí vemos el impacto humano de la negligencia del Estado en la crisis del capitalismo. Aparentemente, el gobierno tiene los fondos para investigar el tema, habiendo lanzado el comisionado anteriormente mencionado en la primera andadura del gobierno actual, pero ahora ha decidido suprimir este comisionado sin acercar para nada una solución viable (El País, 11/12/23). Obviamente, no es una prioridad abolir el sufrimiento de los niños de familias obreras porque la ayuda por hijo solo llegó al 18% de los posibles beneficiarios en 2023 (El País, 19/12/23).

No es difícil observar que el capitalismo nos mantiene pobres y subyugados. La brecha entre pobres y ricos no hace más que expandirse en todos los aspectos vitales. Los peores afectados por esta desigualdad son los jóvenes adolescentes y niños. El capitalismo nos quita el futuro. No podemos aspirar a cosas tan sencillas como comer bien o comprar una chaqueta en el invierno ni mencionar la grandísima aspiración a conseguir empleo estable con un salario digno. La injusticia de la pobreza infantil sirve para echar leña al fuego de rabia y radicalización de la juventud empobrecida que busca una salida alternativa y quiere luchar por ello ¡Únete a la CMI y luchemos juntos por un futuro socialista!