
Apuntes sobre «Trabajo Asalariado y Capital» de Karl Marx
Karl Marx y Friedrich Engels publicaron el 21 de febrero de 1848 el Manifiesto del Partido Comunista. Este documento pretendía, en principio, dotar de un programa que elevara a la categoría de partido a la Liga Comunista, una organización política creada en París en 1836 con el nombre de Liga de los Justos. El Manifiesto, más allá de cumplir un objetivo inmediato, constituyó una ruptura con toda la filosofía anterior, propuso la concepción materialista de la historia, demostró el carácter revolucionario del proletariado como clase, describió de manera sintética y concreta el desarrollo de la burguesía como clase opresora y pronosticó su ineluctable caída.

Vladimir Ilich Lenin en el aniversario de su muerte – La relevancia de sus ideas hoy

¿Qué es el Control Obrero?
El control obrero significa exactamente lo que dice: la clase obrera y sus representantes en las fábricas tienen el derecho a inspeccionar los libros de cuentas de la empresa o la industria, vigilar y controlar todos los ingresos y gastos, las acciones de la dirección.

Por una Quinta Internacional fundamentada con el marxismo
“La socialdemocracia se considera el doctor democrático del capitalismo,
nosotros los comunistas, somos sus enterradores revolucionarios”
LEON TROTSKY
El actual modo de producción capitalista basa sus ganancias en la producción masiva de mercancías, gracias a las maquinas en muy poco tiempo pueden producirse infinidad de artículos para el hogar, maquinas industriales, alimentos procesados, automóviles, etc. Pero esta aceleración también ha hecho que miles de millones de personas en el mundo reciban instrucción, educación y formación necesaria para la producción. Este argumento puede no gustarle a la burguesía quien dice ser la única que puede sostener la sociedad. Pero lo cierto es que nada se mueve sin los trabajadores, los burgueses se remiten exclusivamente a administrar las ganancias. Esa misma producción en masa genera un nuevo orden de conciencia. La primera década del siglo XXI ha dejado huella de eso, en Venezuela y el resto de América Latina hemos visto un giro a la izquierda que se ha expresado en triunfos electorales populares pero también en luchas abiertas por el poder. Incluso en Europa vemos el inicio de un proceso de intensificación de la lucha de clases, en algunos países se han desarrollado importantes luchas, incluyendo huelgas generales de un día, contra la crisis capitalista. Vemos un proceso contradictorio con alzas y bajas, pero donde el proceso general es de avance de la lucha de clases donde los trabajadores van adquiriendo confianza.

Marx versus Bakunin – Cuarta parte
En 1872, en respuesta a las intrigas de Bakunin y su sociedad secreta, la Conferencia de La Haya de la Primera Internacional aprobó una resolución prohibiendo cualquier organización con un programa independiente que funcionase dentro del conjunto de la Internacional y procedió a expulsar a Bakunin y sus seguidores, poniendo fin a las diatribas y las intrigas internas, y estableciendo los principios sobre los que la funcionaría organización.

Marx versus Bakunin – Tercera parte
Tras la derrota de la Comuna de París, diversas tendencias ultraizquierdistas y oportunistas emergieron dentro de la Primera Internacional, las cuales conspiraron contra el Consejo General y trataron de usar el nombre de la organización internacional para sus propios fines. Esto fue finalmente resuelto con la expulsión de estos elementos, junto con el otorgamiento de poderes estrictos establecidos para el Consejo General y de normas claras sobre la forma en que la Internacional debía manejarse.

Marx versus Bakunin – Segunda parte
La Comuna de París puso a prueba las diferentes corrientes dentro de la Primera Internacional. Su derrota posterior creó una atmósfera donde prosperaron todo tipo de elementos desmoralizados. La intriga estaba a la orden del día. Esto condujo a un cuestionamiento de la dirección centralizada, de la función misma de la dirección. Marx y Engels respondieron a todo esto completamente.

Marx vs Bakunin – Primera parte
Está de moda retratar el marxismo como una fuente de autoritarismo. Esta acusación ha sido planteada en repetidas ocasiones por los anarquistas, los reformistas y toda clase de oportunistas. Bakunin fue uno de los exponentes más famosos de tales acusaciones. Pero la verdad es concreta y los hechos históricos revelan que los mismos elementos que gritan con gran alboroto contra el autoritarismo son los peores burócratas y autoritarios ... en los lugares donde se las arreglan para llevar el mando.

Marx versus Bakunin: Las pretendidas escisiones en la Internacional
Ha habido muchas escisiones en la historia del movimiento marxista. Los enemigos del marxismo se agarran a este hecho como prueba de una debilidad inherente, un espíritu de intolerancia, centralismo excesivo, tendencias burocráticas y autoritarias y demás. Los mismos argumentos fueron utilizados en la I Intenacional (Asociación Internacional de los Trabajadores - AIT), cuando Marx y Engels se vieron obligados a luchar contra los seguidores del anarquista Bakunin. El documento que estamos publicando en varias entregas, Las pretendidas escisiones en la Internacional es un recordatorio de las diferencias entre el marxismo y el anarquismo. Creemos que se merece una lectura cuidadosa por las lecciones que tiene para los marxistas hoy en día.

1929: Del boom a la depresión
El 24 de octubre de 1929 estalló el pánico en la gran bolsa de Nueva York. 12.894.650 acciones cambiaron de manos, muchas a precios de saldo. El jueves 29 de octubre Wall Street comenzó su prolongado declive. El crack de Wall Street se divide en dos épocas: la alegre "época del jazz" de los años veinte y los años treinta, la década de la depresión.

En defensa de la teoría – o la ignorancia nunca ayudó a nadie
En 1846, el comunista utópico alemán Wilhelm Weitling se quejaba de que los "intelectuales" Marx y Engels sólo escribían sobre temas oscuros que no tenían ningún interés para los trabajadores. Marx respondió furioso con las siguientes palabras: "la ignorancia nunca ayudó a nadie". La respuesta de Marx es tan válida hoy como lo fue entonces.

El marxismo y el Estado
Las ideas básicas del marxismo sobre el Estado son las mismas que hace cien años. Pero nuestra tarea no es repetir ideas como un papagayo, sino desarrollarlas de manera creativa y sobre todo ser capaces de aplicarlas al momento en el que vive el proletariado y sus organizaciones. Si no queremos convertirnos en una secta estéril, sino echar realmente raíces en las organizaciones de masas, es necesario partir del movimiento obrero real y de la clase obrera que históricamente está condicionada en un momento determinado del tiempo.